Piso pélvico: cómo detectar señales anormales de una estructura clave en la salud de las mujeres

Se trata de la estructura que, en la mujer, soporta órganos como la vejiga, recto, útero y vagina, por lo que es fundamental trabajarla para evitar complicaciones futuras, como incontinencia, prolapso genital, dolor crónico o disfunciones sexuales. Estefanía Ramírez, kinesióloga de IntegraMédica, explica la relevancia de consultar cuando hay señales de funcionamiento anormal.

Compuesto por un conjunto de estructuras musculares, tejidos y ligamentos, el piso pélvico tiene como función sostener y mantener la posición de todos los órganos pelvianos, por lo que su cuidado y bienestar son muy importantes. La kinesióloga de IntegraMédica, Estefanía Ramírez, explica por qué y ante qué señales hay que consultar con un especialista.

"Se sitúa en la pared baja de la pelvis y además de sostener (en el caso de las mujeres) la vejiga, útero, vagina y recto, tiene la función de controlar los esfínteres, asegurando que haya una adecuada micción y defecación. Asimismo, un suelo pélvico bien tonificado mejora la calidad de las relaciones sexuales", explica la especialista.

Para que haya un buen funcionamiento del piso pélvico, la experta asegura que es importante conocerlo y sentirlo desde una edad temprana. "Algunas de las medidas de prevención son entrenar su musculatura con ejercicios de contracción y relajación, adquirir buenos hábitos para ir al baño, mantener un peso saludable, y cuidar una postura correcta, entre otras. Es importante fortalecerlo, sobre todo, en el embarazo y luego del parto, para prevenir un futuro prolapso genital", sostiene la kinesióloga de IntegraMédica.

Ocho señales de mal funcionamiento

En este sentido, la experta indica que es clave consultar apenas se detecten señales anormales, entre las que destacan:

● Escapes involuntarios de orina y/o gases.
● Urgencia y frecuencia miccional (ganas de orinar).
● Sensación de pesadez genital.
● Defecación con pujo excesivo.
● Estreñimiento crónico.
● Molestias pelvianas difusas o dolor pélvico.
● Dolor genital persistente antes, durante o después de tener relaciones sexuales.
● Anorgasmia (retraso, la poca frecuencia o la ausencia de orgasmos).

Cuando se detectan complicaciones, el tratamiento generalmente se aborda en un inicio con un enfoque kinésico, con entrenamiento muscular, cambios de comportamiento y estilo de vida del paciente. "Hay casos en que se acompaña de indicación farmacológica y en los pacientes con complicaciones más severas, se indica tratamiento quirúrgico, a través de cirugías pélvicas reconstructivas", explica Estefanía Ramírez.

Una patología silenciosa

De acuerdo a los estudios, se estima que alrededor de un 11% de las mujeres con problemas de piso pélvico en Chile tendrá, en algún momento de su vida, que someterse a alguna operación por este motivo.

"El problema es que es una patología de la que poco se habla y con escasa visibilidad. En general, las disfunciones de piso pélvico no aparecen de un momento a otro, por lo tanto, es importante transmitir el concepto de prevención, ya que podemos actuar precozmente para prevenir que aparezcan o avancen. Más allá del nacimiento de los hijos, el piso pélvico debe trabajarse y ejercitarse durante toda la vida fértil de la mujer y también después de la menopausia", explica la kinesióloga.